Las gafas de sol graduadas son el complemento perfecto para los viajes, en verano y en invierno, según Prats

Protegen las estructuras internas del ojo -cristalino-, y las externas -párpados- de la radiación ultravioleta; atenúan el exceso de luminosidad, y, además permiten ver con nitidez el mundo real -visión lejana- y conectar con el virtual -visión de cerca- para contar los viajes en las RRSS de manera inmediata

Con la inauguración de FITUR, esta semana se va a hablar de muchos lugares, transporte y nuevas fórmulas de practicar el turismo (ecoturismo) e incluso de cómo puede ser viable a largo plazo.
Pero quizá no tanto de algo que resulta imprescindible para hacer turismo: contar con una buena visión.

Compañeras de cualquier viaje que se precie son unas gafas de sol.  Son necesarias, cuando se pasa mucho tiempo en exteriores, por tres motivos: salud, protección frente al exceso de luminosidad y calidad de visión. 

La radiación ultravioleta siempre está presente, en invierno y en verano. Su incidencia puede causar daños en la estructura externa del ojo. Los párpados se arrugan, dejando constancia del paso del tiempo. Además, un elevado porcentaje del cáncer de piel se origina en ellos.  Igualmente, los rayos UV degradan las estructuras internas del ojo, como el cristalino, provocando enfermedades como las cataratas.  Por lo tanto, una buena gafa de sol -adquirida siempre en una óptica- protege del efecto nocivo de la radiación solar en los ojos, ayudando a ralentizar su envejecimiento, por fuera y por dentro, y previniendo enfermedades. Y por supuesto, lo hace atenuando el molesto exceso de luminosidad exterior, que es su objetivo principal.

En general, cada vez la población es más consciente de la necesidad de proteger sus ojos. Pero lo que quizá no es aún del todo conocido es que cualquier gafa de sol se puede graduar, sea cual sea su montura, o por curvada que sea su montura, para ofrecer la mejor calidad de visión a turistas y deportistas. PRATS, multinacional española del sector, cuenta, en toda su grama de lentes, tanto monofocales como progresivas, con la opción tecnológica de graduar casi cualquier curvatura con prácticamente cualquier prescripción. 

Utilizar una gafa de sol graduada con un progresivo permitirá al usuario contar con la mejor calidad de visión para admirar cualquier paisaje -sin el riesgo de los rayos UV-,  hacer la foto perfecta… y conectarse con el mundo para contarlo de manera inmediata desde el móvil en cualquier red social, utilizando entonces la visión de cerca. 

Además de protección y calidad de visión, de lejos y de cerca, la gafa de sol graduada también puede mejorar la experiencia turística en otros muchos sentidos. Una gran variedad de colores y materiales permiten al usuario contar con un mayor contraste y una mejor calidad de visión, de acuerdo con el lugar que vaya a visitar, o el deporte que se vaya a practicar. 

Y, por último, también existen las llamadas lentes fotocromáticas, es decir, aquellas que se oscurecen en función de la incidencia de los rayos del sol, de manera que son claras en interiores, y oscuras cuando aumenta la luminosidad. PRATS dispone de hasta 5 tonalidades: ruby, zafiro, verde, marrón y gris, una gama cromática perfecta para complementar con cualquier outfit. Totalmente transparentes en interiores, las lentes oscurecen en menos de 25 segundos al aire libre.