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El texto es una parte fundamental del diseño y es lo primero que las empresas deberían considerar. La legibilidad del texto, en muchas ocasiones, toma un lugar secundario en el diseño, entorpeciendo la comprensión del mensaje
A la hora de diseñar un cartel, la portada de un libro o a la hora de llevar a cabo cualquier proyecto de diseño es recomendable mostrar el texto de una manera ligera y sencilla. Y esto no solo debe hacerse teniendo en cuenta la comprensión o la legibilidad del mismo, sino tomando como una premisa la facilidad de la lectura, algo crucial y que invita al lector a leer la información que se desea compartir o que provoca rechazo. La legibilidad es un término exclusivo del diseño y no determina en absoluto si un texto es legible, sino que determina si un texto es fácil de leer.
Parece algo difícil de descifrar, sin embargo, ImprentaMadrid.com, una empresa experta en el diseño y la impresión, explica con un ejemplo claro el significado de esto. “Un ejemplo claro de ello es que podemos juntar letras y considerar que un texto es legible, pero esto no quiere decir que este sea sencillo de leer y que se pueda leer con un ritmo alegre y ligero, sino que el texto es, simplemente descifrable. Es muy importante, en el diseño, mantener una legibilidad, una facilidad con la cual se puede leer el texto y esto no es siempre una tarea sencilla” explica Imprenta Madrid.
Probablemente, las personas que lean las palabras de ImprentaMadrid.com se pregunten cómo debe diseñarse un texto para que este tenga legibilidad. Según Imprenta Madrid, lo que realmente determina que un texto tenga legibilidad o no es el largo de las líneas. A la hora de diseñar un texto la tarea no comienza o acaba simplemente en la elección de la familia tipográfica que más legibilidad tenga, sino que, lo primero que se debe cuidar es el largo de las líneas. Por una parte, los textos muy largos pueden hacer que la vista del lector se canse y dificulte la lectura. Esto es realmente lo que convierte un texto en uno que tiene legibilidad o no. Por otra parte, si el texto tiene líneas demasiado cortas, se generan unos cortes que visualmente no quedan bien.
El uso de guiones es otro elemento que rompe con la ligereza del texto y resta legibilidad. Lo más recomendable es utilizar una escala mediana, con un texto ni demasiado largo ni demasiado corto. El espacio y el contraste son dos componentes que también aportan legibilidad al texto. Tanto el texto como el diseño deben “respirar” es decir, deben tener su propio espacio. Cuando se respeta el largo, el espacio y el contraste de las letras, según ImprentaMadrid.com, el diseño tendrá legibilidad.
Fuente Comunicae