Curso sobre ‘Sostenibilidad turística y patrimonio construido en el medio rural’ en Campo de Criptana

/COMUNICAE/

La conclusión principal del curso fue que los distintos elementos patrimoniales tan singulares, como las arquitecturas populares, construcciones industriales y obras públicas históricas, los paisajes manchegos, humedales y planicies, si se acompañan de una gastronomía única, y de una infraestructura interpretativa y hostelera, fijarían la pernoctación del visitante

El pasado 30 de junio y 1 de julio se celebró en Campo de Criptana, y concretamente en el Centro de Interpretación de los Molinos, junto a los gigantes quijotescos, el Curso de verano y extensión universitaria de la Universidad de Castilla-La Mancha: ‘Sostenibilidad turística y patrimonio construido en el medio rural’.  Dirigido por Jose María Coronado y Francisco Javier Castilla, ambos profesores de la UCLM, contó con el patrocinio del Colegio de Arquitectos y del Colegio de Ingenieros de Caminos, ambos de Castilla-La Mancha, y el auspicio del Ayuntamiento de Campo de Criptana, desde Concejalía de Turismo. De hecho, el curso contó con la presencia de Santiago Lázaro y de Rosa Ana Fernández, alcalde y concejala de Turismo del consistorio criptanense.

El curso lo siguieron en torno a 30 participantes, entre ponentes y alumnos, y fue inaugurado por el vicerrector de Cultura, Deporte y Responsabilidad Social de la UCLM, César Sánchez; el alcalde de Campo de Criptana y los directores del curso. Se expusieron siete comunicaciones en la primera jornada, y tres en la segunda. Asimismo, se llevaron a cabo dos visitas guiadas de gran interés, en las que los cursantes conocieron, entre otros lugares, la fábrica de harinas de Pedro Muñoz, el Puente de San Benito, el albaicín criptanense, sus casas cueva, el Pósito y los característicos molinos de viento de la localidad.

Campo de Criptana es uno de los lugares turísticos más singulares de la región, y quizás imprescindible para identificarla, al albergar la mayor concentración de ejemplos del icono castellano-manchego, el molino de viento, si bien la localidad ha sabido completar este recurso poniendo en valor otros de gran interés, como el Pozo de Nieve, grandes ermitas, y resto de ejemplos mencionados.

En la primera jornada, dedicada a la obra pública, se expusieron intervenciones sobre ‘Las vías de comunicación y las carreteras paisajísticas’, por el ingeniero Jose María Coronado; sobre ‘El puerto de Contreras’, por la ingeniera Rita Fernández; y sobre ‘Las pasarelas colgantes sobre el Segura en Yeste’, por el arquitecto Francisco Castilla.

En la sesión vespertina, los discursos se centraron en la Arquitectura. La arquitecta Adelaida del Puerto habló sobre ‘Los paisajes de la provincia de Toledo’; Nieves Sanchez sobre ‘La Fábrica de Harinas Fontecha de Albacete’, rehabilitada como sede del Gobierno Regional, y Miguel Ángel Mellado sobre ‘La vivienda tradicional en Campo de Criptana’.

La segunda jornada, después de una interesante visita a la Harinera de Pedro Muñoz, en la que alumnos y profesores conocieron la maquinaria original y el complejo enjambre de conductos y poleas que se distribuyen en sus tres plantas, se visitó también el puente medieval de San Benito, olvidado sobre el seco Záncara, pero con una impronta paisajística notable, en un entorno de gran interés histórico.

Las conferencias de la segunda jornada, fueron igualmente intensas e interesantes. El arquitecto Diego Peris habló sobre ‘El rico patrimonio industrial de la región’, exponiendo un detallado análisis de las tipologías edificatorias relacionadas con la energía: molinos, fábricas hidráulicas, presas, poblados de obreros, ciudades industriales, huertos solares y parques eólicos, minería (Almadén), agricultura (bodegas, almazaras, harineras y silos de cereal), construcción (cerámicas, cementeras) y transporte (viaductos, estaciones ferroviarias, puentes). Peris destacó los complejos fabriles históricos de gran valor patrimonial como la fábrica de seda de Talavera, la de paños de Brihuega, la de Armas de Toledo, la de pólvora de Ruidera y las de Bronce y Latón de Riópar. Su intervención mostró que Castilla-La Mancha es una región con un sector industrial más relevante de lo que se pudiera pensar a priori.

La arquitecta Pilar Diez Rodriguez, en representación del grupo de trabajo Palomares de Palencia del COACyL habló sobre ‘La recuperación de los palomares en esta provincia’, un icono de la arquitectura popular castellana e imagen de una economía y cultura rural. Los palomares de Palencia ya son un atractivo turístico, al igual que los molinos en Castilla-La Mancha, las pallozas cántabras, hórreos gallegos, chozos de piedra seca levantinos o los bombos manchegos. Gracias a exposiciones y reutilizaciones, en contacto muy directo con los propietarios y buscando nuevos usos, se van conservando estos ejemplares imponentes en el perfil paisajístico de la campiña, en torno a los pueblos, que son parte del horizonte palentino, como lo son también, a menudo, en el conjunto de las aldeas castellano-manchegas.

Las conferencias terminaron con la intervención de Bernardo Sevillano, quien presentó ‘El patrimonio hidráulico de Ruidera’, destacando las obras de la Real Fábrica de Pólvora, de Juan de Villanueva, con el Canal del Gran Prior, además de las seis centrales hidroeléctricas y sus espectaculares y desconocidos canales de derivación.

La Mesa Redonda con la que se cerraron las jornadas estuvo coordinada por profesor de Urbanismo Francisco Javier Rodríguez. En ella intervinieron Gema González-Badillo, vicedecana del COACM, exponiendo su experiencia en la viabilidad económica de proyectos para la red de Hospederías de CLM, como recurso necesario en muchas zonas con deficiente infraestructura hostelera. Así lo demandó, por ejemplo, la edil de Turismo de Campo de Criptana. Otros participantes locales también explicaron sus experiencias. Miguel Torres, arqueólogo y director del yacimiento de la Motilla del Azuer de Daimiel, y David Cejudo, presidente de la Asociación Cultural Venta de Borondo y Patrimonio Manchego, destacaron la gran oportunidad que tiene la comarca al contar como recurso turístico de relevancia internacional: el lugar donde se desarrolla la novela más importante del mundo, que atrae un turismo literario, que busca experiencias. Ambos coincidieron en que hay que incorporar nuevos recursos que complementen el icono del molino de viento. En Daimiel cuentan con recursos medioambientales como las Tablas, históricos como un yacimiento arqueológico y un museo comarcal, además de ejemplos de arquitectura moderna y popular.

Dos fueron las grandes conclusiones de jornadas. Por un lado, quedó claro que los distintos elementos patrimoniales tan singulares, como las arquitecturas populares, los paisajes manchegos, humedales y planicies, si se acompañan de una gastronomía única, y de una infraestructura interpretativa y hostelera, pueden contribuir a fijar la pernoctación del visitante. Cultura, recorridos senderistas, cicloturismo, enoturismo, festivales musicales, cercanía de las grandes vías de comunicación y poca distancia del centro del país, hacen de la comarca manchega un espacio de gran interés turístico, aún sin explotar y ofrecen una gran oportunidad a los inversores en infraestructuras hoteleras. 

La segunda gran conclusión fue que el patrimonio no puede ser musealizado por completo, sino que se debe adecuar a usos actuales, sin perder su identidad, y se debe equilibrar la viabilidad económica de cualquier actuación de rehabilitación público-privada. Se debe armonizar con la vida cotidiana de sus vecinos, incorporar a las demandas del pueblo, y no imponerse de forma extraña, sin su participación en el proceso. «Arquitectos e ingenieros, a través de nuestra profesión, la docencia y nuestros órganos de representación, tenemos mucho que aportar en todo este proceso, poniendo al servicio de la sociedad nuestro conocimiento técnico e histórico del patrimonio», valora Francisco Javier Castilla.

Fuente Comunicae