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En 2020, el sector de la edificación fue el responsable de generar el 30,8% del total de residuos a nivel nacional. Para Sto Ibérica, la economía circular transforma la industria hacia un modelo que evite la generación de residuos. Fomentar la eficiencia energética, aumentar el uso de materiales sostenibles, alargar el ciclo de vida de los productos, mejorar la gestión de residuos o apostar por la innovación son algunas de las claves para que la construcción avance hacia la economía circular
El sector de la construcción se presenta como uno de los principales sectores de la economía española y, al mismo tiempo, como uno de los que moviliza mayor cantidad de recursos naturales, especialmente no renovables. Por ello, su reconversión hacia un modelo circular se ha convertido en un pilar fundamental para garantizar la protección del medioambiente y salvaguardar las necesidades de las generaciones futuras.
A nivel mundial, el sector de la construcción representa aproximadamente entre el 30% y el 40% de la extracción de recursos y, además, sigue basándose en los principios de la economía lineal (adquisición-uso-desecho). Más específicamente, y de acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), publicados a finales del año pasado, la economía española generó hasta 105,6 millones de toneladas de residuos en 2020, de las cuales el 30,8% (32,5 millones de toneladas) fueron desechos derivados de diferentes actividades relacionadas con la construcción.
Frente a esta realidad, y a pesar de que esta cifra se redujo un 7,1% respecto al año anterior, la economía circular tiene como objetivo preservar y utilizar los recursos durante el mayor tiempo posible. La pirámide de economía circular fomenta varias medidas en un claro orden jerárquico: lo primero es evitar todo lo posible la generación de residuos antes de reutilizar y reciclar los productos. Si esto no fuera posible, los productos deberán utilizarse de otro modo -por ejemplo, térmicamente- antes de eliminarse, especialmente en vertederos. En este sentido, la Estrategia Española de Economía Circular, España Circular 2030, para lograr una economía sostenible, descarbonizada, eficiente en el uso de recursos y competitiva, identifica seis sectores prioritarios de actividad en los que incorporar este reto para una España circular: sector de la construcción, agroalimentario, pesquero y forestal, industrial, bienes de consumo, turismo y textil y confección.
Para José Almagro, director general de Sto Ibérica, «en Sto somos muy conscientes de la importancia de la economía circular y, por ello, la hemos integrado desde hace tiempo en nuestra estrategia de sostenibilidad. Además de necesaria, creemos que la economía circular también ofrece una buena oportunidad, por ejemplo, para desarrollar la disponibilidad de materias primas alternativas y ampliar los conocimientos técnicos. Aunque el volumen de residuos que generan nuestros productos de Sto es muy escaso en comparación, queremos ser parte activa del cambio».
Con motivo del Día Mundial del Medioambiente (5 de junio), los expertos de Sto, multinacional especializada en la fabricación y desarrollo de soluciones para construcciones sostenibles, explican cuáles son los aspectos claves que permitirán al sector de la construcción avanzar en su compromiso hacia la economía circular:
Fomentar la eficiencia energética. El desarrollo de productos y soluciones que mejoren la eficiencia energética de los edificios reduce el consumo de energía y, por consiguiente, las emisiones de gases de efecto invernadero. Mediante el uso responsable de la energía se consumen menos recursos, lo que contribuye a reducir la huella de carbono.
Aumentar el uso de materiales sostenibles. Ya sea en los productos, o en el proceso de fabricación, es importarte explorar nuevas opciones de fuentes naturales como la piedra o la madera, o bien materiales de origen renovable o reciclado que tengan un escaso consumo de energía y mayor durabilidad. De la misma manera, los productos de proximidad disminuyen la huella relacionada con el transporte y contribuyen a la economía local.
Alargar el ciclo de vida de los productos. El ciclo de vida completo de un producto es un proceso que transcurre desde su fabricación, hasta su uso y eventual eliminación. La economía circular busca maximizar la durabilidad de los productos proporcionando opciones como la reparación, la renovación, el alquiler o la reutilización y reciclaje al final de su vida útil para crear un valor añadido.
Mejorar la gestión de residuos. La gestión responsable de aquellos residuos generados en actividades relacionadas con la construcción y la demolición (RCD), o la extracción de minerales puede evitar un impacto ambiental considerable. Asimismo, aquellos productores de residuos peligrosos deberán tener un plan de minimización de la cantidad de estos residuos.
Apostar por una innovación constante. Un edificio sostenible es más rentable, eficiente y duradero. Impulsar la innovación en el desarrollo de soluciones sostenibles para la construcción a través de la mejora de los productos y procesos, además de la incorporación de nuevas tecnologías contribuye a la sostenibilidad y a la adopción de un pensamiento cíclico que protege al medioambiente.
Fuente Comunicae