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Dirigida por el también actor y director Daniel Ortiz, Pernod es Tony Fly un humorista famoso que en su última actuación en un cabaret parisino decide dejarlo todo para ir a buscar el amor
Llega al Teatro Amaya ‘Pernod’ una obra que se representará una única vez en formato Showcase el próximo día 5 de junio. En palabras del director Daniel Ortiz: «Pernod es un espectáculo unipersonal, un monólogo dramático de 70 minutos de duración. Pero, sobre todo, es un regalo que le hizo el autor cartagenero Santiago Cagiga en el año 1995 a su gran amigo, el actor Pedro Segura antes de fallecer. Es un texto póstumo en el que Pedro se convierte en el alter ego del autor, del espectador, de todos un poco en general, interpretando al personaje de Tony Fly. Un humorista que trabaja en un cabaret parisino. La acción tiene lugar durante la última actuación de Fly, las tres últimas performances y su decisión de dejarlo todo por ir a buscar el amor».
‘Pernod’ es Tony Fly (Pedro Segura), el mejor humorista de occidente y parte del extranjero, que, tras la máscara de esperpento, cuenta al público que ríe, su infancia herida. Porque todo arte es sufrimiento, porque toda obra de arte es la historia de un amor o un desamor. Tony Fly prefiere un azulejo antiguo a una persona moderna. El desencanto. Aunque los dioses hayan muerto y desalquilado sus paraísos teológicos, el hombre tiende a dioses y paraísos, todos artificiales. Maquillaje y Pernod. Lágrimas y risas. Tony Fly, elige su dios personal y su paraíso artificial. Pernod.
Para Segura, Pernod es «una tormenta de emociones, un tobogán de humor y de dolor que agarra al público de los testículos y no lo suelta hasta el final de la obra».
Pernod, amor y desamor y humor
En Pernod una línea casi imperceptible divide la realidad de la imaginación de la creación del personaje de Tony Fly, en el texto escrito por Santiago Cagiga. Nace, según sus propias palabras, de un «cartón sepia del pintor Toulouse-Lautrec» donde aparece bailando Valentin le Désossé junto con su inseparable compañera «La Goulue», y que, metafóricamente hablando, viven en el Museo de Orsay de París, donde se encuentran la mayoría de las obras de este autor. A partir de este punto, Santiago Cagiga, visualiza a un personaje más contemporáneo, donde se encuentra la similitud en la gran profesionalidad de este auténtico bailarín, el desapego económico por su trabajo que será un factor determinante en su desarrollo final y todo ello unido a un pasado con reminiscencias de la propia vida de Toulouse-Lautrec, llena de improperios y dificultades en su vida familiar y personal.La soledad, factor muy importante del cómico, protagonista de este monólogo, tiene consecuencia de la vida nocturna y crápula del propio pintor, que pasaba largas jornadas, sentado en una mesa, viendo la vida pasar, retratando a los personajes que habitaban en las noches del «Moulin Rouge», desde los asistentes, así como a los propios artistas, no siendo, en un principio, muy bien aceptadas sus pinturas, por los principales museos de París.
Santiago Cagiga, cuando escribe este texto, crea a un personaje que ha crecido dentro de la propia realidad existencial de diferentes cauces vitales. Por lo que conlleva un complejo mundo interior que empatiza rápidamente con el público ya que representa un amplio abanico de emociones, desde la «tragicomedia» hasta el dramatismo más interiorizado y sentido, por el incremento, poco a poco del consumo del propio título:
Pernod. Una bebida muy típica de aquellos años felices del «Can Can», que producía una impostada alegría que terminaba casi siempre en una amarga soledad. Soledad compartida por todos estos personajes que han inducido a que Santiago Cagiga, presente a este gran cómico, Tony Fly, en el principio de su fin, mientras va desgranando, poco a poco, su efímera existencia, en la soledad de un simple camerino.
Pernod está inspirada en la película Lenny (1974), basada en la vida del comediante Lenny Bruce, protagonizada por Dustin Hoffman, escrita por Julian Barry.
Fuente Comunicae