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Instalar un cerramiento de hostelería permite aprovechar al máximo los espacios y protegerse de las inclemencias del tiempo durante todo el año, ya sea de las altas temperaturas en verano o del frío en invierno, así como de lluvias y viento
Los cerramientos de hostelería, como su nombre bien lo indica, se emplean para cerrar terrazas, balcones o espacios exteriores de establecimientos, como bares, restaurantes y cafeterías, con el principal propósito de ganar espacio y crear ambientes cómodos para los clientes durante todo el año, protegiéndolos del sol, lluvia o viento y revalorizando, además, el valor del inmueble.
Esto, sin duda, es una inversión inteligente para todos los dueños de negocios que buscan complacer aún más a su clientela a través de experiencias únicas. En Aluvidal, carpintería de aluminio en Zaragoza con más de 20 años de experiencia en el sector, explican cuáles son los materiales utilizados para la elaboración de estas estructuras y cómo estos cerramientos de hostelería traen diversos beneficios.
¿Qué materiales se utilizan para los cerramientos de hostelería?
No se puede comenzar sin primero destacar que estas estructuras pueden ser fabricadas en distintos materiales como policarbonato, lona o madera pero la mejor opción por sus múltiples cualidades es, sin duda, el aluminio del cual se habla en detalle en este artículo.
Los materiales más demandados por los establecimientos, en cuanto a los cerramientos de hostelería, son el cristal y el aluminio. Así, se proporciona un espacio cerrado para disfrutar en cualquier temporada, manteniendo la vista al exterior, generando una especie de burbuja y conservando la elegancia y estética del mismo.
¿Por qué se usa el aluminio y el cristal para los cerramientos de hostelería?
Un cerramiento debe ser poco invasivo. Por eso, los materiales anteriormente mencionados son idóneos. El aluminio es un material que se adapta a todos los tipos de decoración, dando la posibilidad de elaborar perfiles en diversos colores, ya sea metalizado o texturizados, y también se encuentran acabados como imitación de madera y anodizados. No importa si el local tiene una estética minimalista o rústica, estos cerramientos de hostelería se adaptan perfectamente a todos los estilos.
Cabe destacar que el aluminio y el cristal son altamente resistentes en muchos aspectos. Entre ellos, destacan que son anticorrosivos y no se oxidan, por lo que no se verán afectados por factores como lluvias y humedad. Son bastante livianos y no añadirán peso extra significativo a la estructura si se habla de una terraza o azotea.
Asimismo, el aluminio ayuda a ahorrar energía, ya que es eficaz para regular la temperatura en el lugar donde está instalado gracias a su alta capacidad de aislamiento térmico. Además, los cerramientos de hostelería fabricados con estos materiales son de fácil mantenimiento y no necesitan elementos especiales para su limpieza, por lo que no se necesitará invertir mayores recursos para la limpieza, basta con agua y jabón. En cuanto a techo y paredes, pueden ser instalados de forma fija o móvil. Todo dependerá de las necesidades específicas y gustos del cliente.
¿También para los hogares?
La instalación de cerramientos es una herramienta útil para la hostelería, pero también se pueden instalar en el hogar y obtener unos metros de espacio en el inmueble para generar ambientes únicos que podrán disfrutar entre amigos y familiares en ocasiones especiales.
Fuente Comunicae