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La ortodoncia es el tratamiento más habitual para corregir maloclusiones, sin embargo, esta puede no funcionar en casos más graves. La herramienta más eficaz de una clínica de ortodoncia de renombre es la cirugía ortognática
En muchas ocasiones los pacientes con alteraciones faciales provocadas por un crecimiento deforme de los huesos maxilofaciales acuden a las clínicas en busca de un tratamiento de ortodoncia que pueda ayudarles a solucionar esta condición. Algunas deformaciones maxilofaciales pueden llegar a causar molestias en las vidas de las personas. Estas molestias pueden ser una apnea del sueño que les impide descansar correctamente, trastornos de la ATM, o simplemente una falta de armonía en el aspecto facial. En algunos casos para evitar que estas molestias existan en la vida de los pacientes es necesario realizar un tratamiento que va más allá de la simple ortodoncia: la cirugía ortognática.
Clínica Ponce de León es un referente en el mundo de la ortodoncia y uno de los tratamientos que recomienda para corregir las deformaciones dentofaciales es la cirugía. “Mediante la cirugía ortognática es posible lograr que el conjunto maxilomandibular funcione de forma adecuada como principal prioridad, pero además también podemos mejorar la estética del rostro. Según el tipo de mordida o maloclusiones que tenga el paciente se podrá realizar una intervención u otra” explica Clínica Ponce de León. Las cirugías ortognáticas, como afirma esta clínica, pueden ser de tres tipos según la maloclusión a tratar y la gravedad de la misma: maxilar, mandibular o maxilomandibular, cuando ambas partes están implicadas.
Esta clínica explica, además, con gran detalle en qué consiste cada tratamiento. La cirugía ortonática del maxilar es necesaria cuando se necesita conseguir una simetría para el rostro. Esta tiene una finalidad fundamental que es hacer que los huesos funcionen de manera correcta y el paciente pueda masticar, respirar y hablar. Gracias a esta intervención es posible lograr que el hueso maxilar se adelante o retraiga un poco, se alargue o acorte e incluso es posible lograr cierta rotación del mismo. Después de poner el hueso en su lugar se fija con placas de titanio.
La cirugía mandibular afecta a la parte inferior del rostro, es decir, solamente a la mandíbula. Lo más habitual es que esta cirugía se realice para hacer que la mandíbula avance un poco o se retraiga. Por último, la cirugía maxilomandibular es necesaria para colocar correctamente ambas partes, es decir, tanto el maxilar como la mandíbula. Algunas de las malformaciones que Clínica Ponce de León consigue corregir gracias a esta cirugía son las de clase 2 o 3, la asimetría, la mordida abierta, etc. Es importante realizar estas intervenciones, que normalmente duran entre 30 o 120 minutos, para hacer la vida del paciente mucho más cómoda.
Fuente Comunicae