La migración de las aves: un viaje de riesgo según los expertos de ADEL Sierra Norte

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La migración de muchas de las especies de aves siempre ha resultado ser un fenómeno rodeado de cierto misterio, aunque gracias a las investigaciones de las últimas décadas y a la evolución de la tecnología, se han obtenido enormes avances en el conocimiento de cuestiones como: ¿Qué rutas prefieren para viajar? ¿Dónde realizan sus descansos? ¿Migran de día o de noche? o ¿Cuánto tardan en llegar a su destino?

Una gran parte de los mortales no es consciente del «milagro» de las migraciones, por esta y otras cuestiones, la divulgación de la naturaleza resulta ser tan importante, también para ADEL Sierra Norte. Es indispensable obtener unos conocimientos básicos sobre esta cuestión, ya que, de lo contrario, no resultaría fácil valorar este fenómeno como se merece, y a la vez despertar la sensibilidad necesaria sobre estos seres vivos.  

Hay que tener en cuenta que la mayoría de estas aves se ven obligadas a desplazarse a grandes distancias, en algunas ocasiones miles de kilómetros, con el principal objetivo de cubrir sus necesidades básicas.

Resulta fácil hacer un paralelismo con los movimientos migratorios de muchos seres humanos, que tristemente necesitan partir de los lugares donde nacieron con la esperanza de un lugar mejor donde poder comer y vivir dignamente.

La realidad en cuanto a las aves es que, de una manera recurrente, un gran número de especies, normalmente las más exigentes en cuanto a sus hábitos alimentarios, se desplazan cada año a zonas que les ofrecen más oportunidades.

A veces se tiene la idea, en parte equivocada, de que el clima es el único factor limitante, se podría decir que la disponibilidad de alimento se posiciona como la primera necesidad, aunque en la mayoría de los casos ambos aspectos estén íntimamente relacionados.

Posiblemente, los eventos migratorios de aves más conocidos por la mayoría de la población, coinciden con los más visibles o más llamativos, que suelen corresponderse con las aves de mayor tamaño.

Estas especies de gran porte, llamadas coloquialmente «planeadoras», como son las cigüeñas y grandes águilas entre otras, son más fáciles de localizar en el cielo, además de que algunas de ellas lo hacen en grandes grupos o volando en «formaciones aéreas», también conocidas como en «V», como es el caso de la grulla común (Grus grus).

Hace pocos días los cielos de la Sierra Norte, y de la provincia entera se han cubierto con enormes bandos de grullas que con sus «trompeteos», avisaban de que era la hora de abandonar sus cuarteles de invernada en las dehesas extremeñas, para dirigirse de vuelta a sus áreas de reproducción en el noreste de Europa y Asia.

Una especie que merece ser comentada es el charrán ártico (Sterna paradisaea), ya que esta ave, de las conocidas vulgarmente como «golondrinas de mar», con un peso de unos cien gramos, es capaz de realizar un espectacular viaje de unos 40.000 kilómetros entre la ida y la vuelta entre la zona de reproducción en la región ártica y su zona de invernada en la Antártida. Hechos como este no dejan indiferente a nadie.

La última tecnología, mediante los dispositivos GPS, junto con el anillamiento científico de aves más tradicional, están desvelando gran parte de los misterios que rodean el fenómeno migratorio, y cada día se obtiene mayor información al respecto. Sin esta información resultaría muy complicado aplicar unas medidas de protección y conservación adecuadas para las distintas especies.

La Sierra de Guadalajara es testigo cada año del viaje migratorio de millones de aves, unas veces de manera más visible y otras casi imperceptible. Hay que tener en cuenta que muchas especies de aves de menor tamaño, como es el caso del mosquitero musical (Phylloscopus trochilus), de unos ocho gramos de peso, y que es capaz de viajar varios miles de kilómetros desde el norte de Europa a zonas del sur de África.

Aunque pueda parecer imposible, algunas de estas aves son capaces de realizar sus migraciones de noche, gracias a mecanismos de geolocalización, utilizando el campo magnético de la Tierra. Además, los tiempos empleados en los viajes migratorios son reducidos, dependiendo normalmente de la capacidad de vuelo y el tamaño de las aves.

Estos y otros pequeños pájaros utilizan los collados y puertos de la Sierra Norte para salvar los obstáculos físicos que les impone el paisaje y poder llegar a su destino. Resulta de interés visitar estos lugares en las épocas de la migración, para observar este atractivo fenómeno de lucha por la supervivencia.

Desde ADEL Sierra Norte se dan a conocer los valores naturales del territorio, divulgando el patrimonio natural y la rica biodiversidad de la Sierra Norte de Guadalajara, anteponiendo siempre el respeto y las buenas prácticas en el medio natural.

Fuente Comunicae